martes, 17 de noviembre de 2015

Second Life

Hace bastantes años surgió un software de realidad virtual que hizo furor especialmente entre la población de Estados Unidos, y que te permitía disponer de un avatar que te introducía en una vida distinta a la normal, y que de algún modo te permitía vivir como otra persona en un mundo tan ficticio como irreal.  Traigo al caso este recuerdo porque creo que se ha instalado algo similar en la sociedad actual.

Desde siempre el ser humano ha tenido que luchar por aquello que deseaba, cazar, pescar, cultivar y recolectar su comida, defender sus posesiones de otros seres humanos o animales, que de algún modo los deseaban o querían destrozarlos, defender a la familia y seres queridos, y asi sucesivamente.  Con el tiempo hemos ido consiguiendo desarrollarnos como especie y nos hemos rodeado de unas costumbres y de un derecho generado acuerdo a ellas y a nuestra forma de vida. Gracias a esta lucha disfrutamos ahora de nuestro sistema de derechos y libertades y nos permitimos creernos en posesión de una vida tranquila y en la que todo se puede negociar y hablar para llegar a un consenso. Cediendo algo se consigue algo, viene a ser la pauta. Hemos ido olvidando como hemos conseguido esto, las ideas que en origen consiguieron que esto fuese posible, el esfuerzo e incluso guerras que nos han traído hasta aquí y  los principios morales que nos diferencian de otras culturas o civilizaciones. Hemos llegado a la convicción de que somos capaces de vivir por encima de todo esto y que somos autosuficientes y capaces de todo por ser nosotros y sin más. En cierto modo nos hemos imbuido en nuestra propia SECOND LIFE hasta el punto de que olvidamos que los principios como la libertad y la propia vida requieren ser cuidados y defendidos. Y no solo ello sino que buscamos justificaciones para superponer la paz a cualquier otra situación aun cuando dicha paz pueda ser esclavitud o rendición a otras culturas o grupos que acaben para siempre con nuestra libertad o incluso con nuestras vidas.  Parecemos no entender que la paz que no es libre no es paz sino el preludio de nuestra esclavitud. Los romanos aun lejanos a nuestro nivel actual de libertades ya conocían este peligro y nos dejaron la máxima  "si vis pacem, para bellum", indicándonos que la paz tiene un precio y que si la deseas en ocasiones tienes que estar preparado para luchar por ella.

En ocasiones hay principios por los que hay que luchar para mantenerlos o al menos estar dispuestos o preparados para ello si finalmente es el caso.  Muchos políticos, normalmente de los que se llaman progresistas, parece que creen haber descubierto la verdad absoluta, creyendo que son los únicos iluminados que saben como proceder ante las cosas y que todo lo que antes se hizo no vale para nada e ignoran todo lo que la experiencia de sus antecesores pueda a portar, como pensando ser superiores a aquellos en los siglos precedentes han ido afrontando esas misma situaciones y problemas. Esa superioridad moral en ocasiones les ciega y no se dan cuenta bajo mi punto de vista de las barbaridades que defienden y la escasa o nula base intelectual  y de conocimiento común de que hacen gala. Lo peor es que muchas personas con limitado conocimiento y pocas ganas de tenerlo, los siguen sin mayor razonamiento y generan movimientos sociales peligrosos que hacen doblar la rodilla a aquel que conociendo la problemática y teniendo más o menos claro como obrar, acaba adoptando tibias soluciones que no dejan de ser prorrogas para que el problema crezca y nos sepulte con el tiempo. Hay decisiones que hay que tomar y no valen parches posibles.

Esto que más o menos pensé en su día en alusión a problemas normales como la cuestión catalana  toma especial actualidad tras los atentados que asolaron una cuna de nuestra civilización y de nuestros derechos y libertades.

Dejo de antemano que no se con seguridad cual es o debe ser la solución a tomar ante esta situación, ya que en base a la complejidad de la misma no me atrevo a adelantar algo tan trascendente, aunque tengo seguro que esperar otro golpe sin hacer nada no es la solución, eso si. En base a esto creo que hay muchos muy equivocados o que nos quieren equivocar, y son aquellos que defienden como solución el diálogo y que piensan que la situación económica es el único problema que genera que los terroristas caigan en estas actitudes y en cierto modo volcando la carga de la culpa sobre nuestra insolidaridad o incluso sobre aquellos gobiernos que en defensa de sus libertades han protagonizado ataques o acciones políticas contra los radicales musulmanes del Isis.

Cierto es que pescar en zonas de hambre es el foco de todos los radicalismos, y que en ocasiones occidente ha jugado a favorecerse de su desgracia con la venta de armamentos y otras actividades ilícitas. Pero no nos engañemos, esto también lo hacen aquellos a quienes atacamos, aun siendo a menor escala. En eso no dejamos de ser seres humanos con parecidos vicios y defectos.
Sin embargo no debemos confundirnos, ya que si bien todos somos seres humanos, no todos somos iguales, y si bien en nuestra sociedad y cultura es factible el diálogo, ellos no son iguales. No son personas que busquen un bien común o mejorar la convivencia entre las distintas culturas. Simplemente viven en el fanatismo,  quieren imponer su cultura y creencias a aquellos que según ellos son impíos y viven en constante pecado. Desean acabar con nuestras libertades porque atacan sus creencias y atraen cual flautista de Hamelín a sus paisanos y vecinos con su lujo y vida desenfrenada, y su religión les legitima a acabar con el infiel  y todo aquel que impidan que su sueño se realice. No tienen piedad ni de los musulmanes, que compartiendo su fe, no siguen sus preceptos con la disciplina que el DAES desea.

Sinceramente creo que dialogar con alguien que  profesa tal fanatismo es imposible como pudo serlo en su día hacerlo con algún fanático nazi, pero con el agravante que conlleva el matiz religioso extremo que adjunta.

Debemos ayudar a estos países y pueblos  a implantar la democracia con sus derechos y libertades y colaborar a mejorar la situación económica. Debemos abandonar la venta de armas  a estos países y dejar de beneficiarnos de ellos para hacerles crecer y ser todos mas fuertes. Pero no creo que nadie pueda olvidar el daño que han realizado, y no solo en Europa, también en otros países vecinos y no tan cercanos, mas creo que el no haber reaccionado antes o impedido la expansión de estos terroristas, no nos impide reaccionar cuando tocan nuestra casa o la del vecino. ¿Acaso todos actuamos cuando hay un robo, u otro tipo de ataque o delito en cualquier punto de España o solo nos enfrentamos cuando lo hacen en nuestra vivienda o a alguien conocido?.  No seamos falsos, en todas las facetas de nuestra vida, la gran mayoría de nosotros solo reaccionamos cuando lo tenemos cerca el problema. Y pese a eso nunca nos hemos considerado sin el derecho de asi hacerlo por no haber ayudado a otros que han sufrido similares situaciones. Es un falso buenismo pero creo que lo que busca no es tanto ayudar a aquellos que lo necesitan, sino deslegitimar a aquellos que así lo podemos ver necesario. Es un juego de palabras y significados al que siempre perderemos, ya que siempre se pueden buscar palabras, frases lapidarias o incluso buenas acciones a las que aludir para enfrentar a cualquier actuación, pero tras este pérfido juego muy común en los políticos,  solo se oculta un falso ingenio que busca algo oscuro y oculto por esas mismas palabras.

Para afrontar este problema es necesario conocer con quien estamos tratando, que desea y hasta que nivel esta dispuesto a ceder, y teniendo en cuenta que su única fuerza estriba en el terror que motivan y en las amenazas que nos hacen llegar. Siendo estas sus únicas bazas es raro pensar que estén dispuestos a negociar nada. Pero esto sería si fuesen humanos normales, pero en su caso se ven iluminados por Alá y con una misión divina a la que una ley democrática normal no podrá comprar o asustar con penas o castigos mayores. Alguien que esta dispuesto a volar con una bomba con sus enemigos difícilmente se echara atrás por una amenaza. Por tanto nuestro estado de derecho y nuestra desgana por afrontar o defender nuestros derechos y libertades se ven superadas con creces por la fuerte voluntad de su fanatismo. Estamos en un punto en el que por desgracia, hablar de guerra no es una locura infundada, pero tenemos que tener todos claro lo que nos jugamos y es necesario estar unidos. Ellos nos conocen y nos tienen perfectamente calados, y no ignoran que estamos desunidos, moralmente sin principios y saben por aquello que no lucharemos y que ellos si lo harán incluso con la pérdida de su vida por su unidad y porque defienden una voluntad divina. Saben que si alguien dice de ir a la guerra muchos de nosotros le haremos que pare o incluso lo abandone aludiendo esa palabra tan bonita como inexistente, la paz.  Ayer fue París pero mañana puede ser Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao, entre otros. Cuando hayan matado a cualquiera de nuestros familiares y amigos, ¿de que paz estaremos hablando o podremos hablar a sus seres cercanos y queridos?.  Hablamos de diálogo, pero el único que ellos ofrecen es amenazar con el terror y la muerte a toda Europa, Estados Unidos y Al-Andalus, que por si algún iletrado lo desconoce somos nosotros, España.  Sinceramente, creo que algunos ya deberían abandonar su Second Life particular y saber que ellos tienen claro que es una batalla de desgaste, por población o por invasión lo van a conseguir si no ponemos especial cuidado en ello. Nosotros defendemos a los deportados y refugiados que nos envían y para ellos no es más que un medio de camuflar entre estos, ocultos ante nuestra bondad,  a sus activistas, como ya ha ocurrido con alguno en el atentado de París.

Mientras pedimos paz y respeto por ellos y morimos lentamente,  solo tienen que esperar y clavarnos sus puyas sin compasión para que nos vayamos desangrando y nos enfrentamos en absurdas polémicas religiosas, políticas o sociales sobre que puerta debemos cerrar, si la de la libertad o la defensa de la propia vida. Mientras tanto entran por ambas y acabaran con nosotros.

Os dejo el enlace de alguien que escribe mejor que yo aunque no suelo coincidir en sus juicios y que hace varios años ya contempló lo que en parte ahora vemos una vez más y los motivos que nos traen hasta esto, Arturo Pérez Reverte.  Creo citarle cuando dijo “Los políticos han sustituido a los historiadores, y eso es gravísimo” ... yo añadiría, los políticos que desconocen la historia o quieren confundir al resto para que la desconozcan.  De esos polvos vienen estos lodos....




lunes, 2 de febrero de 2015

El ser humano, ese gran destructor del hombre

Cuesta pensar que, a pesar del tiempo transcurrido y de que todos los niños tienen acceso a una enseñanza gratuita, la incultura y el odio por la historia y los errores de juventud se repiten una y otra vez. Cuando era niño y alguien cito que aquel que no aprende de su historia está condenado a repetirla, pensaba que mi sociedad y las que habrían de venir más adelante estábamos a salvo de recaer en estos errores. Ya estábamos escolarizados, y la historia era una de esas asignaturas, que si bien podían costar más o menos memorizar, eran fácilmente seguidas por el alumno a modo de cuentos, y si bien había datos concretos y nombres que se olvidaban, todo el mundo tenia claro que había pasado en España y el mundo a lo largo de los años.

Ciertamente en mi infantil ilusión no contaba con que el ser humano es capaz de dar todas las vueltas que sean necesarias para creer lo que le interesa incluso negando la historia que le precede o inventándose nuevas historias más propicias a los propios intereses.  Para mi desolación, el ser humano esta siendo una vez más vulnerable a su propio orgullo y prepotencia, resultando un auténtico cretino y convirtiéndose en una víctima de su propio conocimiento.

Olvidamos cosas importantes como que la humanidad no avanza por la lucha de muchos hombres haciendo la guerra por su cuenta, y que el esfuerzo de uno solo no es suficiente y necesita la ayuda de los demás y sobre todo que es necesario trabajar todos unidos en pos de un mejor desarrollo. Que todo enfrentamiento social acaba maximizándose si no se ponen todas las partes de acuerdo en que no ocurra y que el enfrentamiento genera guerras y conflictos personales, que lejos de hacernos progresar nos hunden en nuestro propio fango y nos retrasa muchos años en nuestro desarrollo. Y no reparamos en ello y fomentamos todo aquello que nos hace odiarnos y saca punta a nuestras diferencias. Parece que somos “más” si nos diferenciamos del opuesto, cuando lo que demostrado a lo largo de la historia nos hace ver que solo la unión consigue desarrollo individual y social.

Olvidamos que siempre vienen políticos de cualquier índole y pensamiento que, cual pacto con el diablo, nos ofrecen todo aquello que deseamos y de lo que carecemos a cambio de vender nuestro alma y todos cual rata siguiendo al flautista le seguimos, pero dejamos en el tintero un punto vital, y es que antes o después nos vendrán a cobrar nuestras almas. No caemos en la cuenta de que el político es hombre y como tal ambicioso y cuanto más poder tiene más ambiciona y menos recuerda a los que en su día confiaron en el.

Tendemos a olvidar nuestros orígenes y nuestra historia, pensando que nosotros siempre haremos todo mejor, que fallos como los que tuvieron nuestros predecesores son imposibles en nuestra cuenta, y por desgracia acabamos endiosándonos y olvidando el bien común.  Aunque no debemos pensar que somos muy diferentes a los políticos o jerifaltes, ya que a lo largo de mi vida he visto muchos grandes defensores de ideas sociales elevadas, incluso comunistas de pro, ver como han defendido esas ideas y lo siguen haciendo, pero siempre que no les afecten a ellos. Algo así como lo tuyo es de todos pero lo mío es mío.

Me aterra ver la cobardía que encierran aquellos llamados conservadores, que tienen unos principios que defender pero que rápidamente miran a otro lado y si alguien les acusa o señala con el dedo de hacerlo.  Y me aterra también tanto o más, la pretendida ética política de aquellos progresistas que ondeando la bandera de la democracia y las libertades, y en base a cierta superioridad moral que se han auto-asignado con el paso del tiempo, consideran que ellos son los únicos abanderados de la verdad y esto les permite criticar y castigar a todos aquellos que no son de su ralea, pero olvidando y viendo como buenos los mismos fallos cuando los responsables son ellos o algunos de sus seguidores.

Me causa estupefacción y horror la ceguera de todos aquellos que son capaces de seguir a sus líderes políticos a pies juntillas descalificando a todos aquellos que discrepan diciendo que están engañados por los medios y no caen en la cuenta de que esos mismos medios u otros con igual intención son los que crean su propio estado de opinión.

Detesto a quienes se blindan en el fallo del contrario para justificar sus malos actos, aquellos que reparten clases de moral y ética y luego incurren en las mismas faltas y las niegan en vez de afrontar sus errores con responsabilidad.

Lamento que la bendita juventud por la que todos pasamos es tan ciega y manejable, y en base a la búsqueda de unos logros sociales jamás logrados, se creen mejores que todos los que les precedieron y no se dejan aconsejar por gente con más edad que ya pasaron por esos puntos. Y detesto aquellos mayores que persiguiendo sus propios sueños manejan a los jóvenes y los llevan a luchar las batallas que ellos perdieron y no pudieron defender por hecho o derecho.

Somos una sociedad revanchista, pero sobre todo envidiosa, ya que tras principios sociales de igualdad, por desgracia y lejos de buscarla se oculta conseguir aquello que otros tienen y de lo que carecemos. Envolvemos en lienzos de justicia oscuras ambiciones y motivos egoístas. En una ocasión pude ver como funciona la igualdad social para muchos sindicatos y tipos similares. En una empresa en que todos los trabajadores cobraban sueldos muy bajos, siendo yo uno de ellos, uno de los departamentos de muchos que había, consiguió en función de su carga de trabajo y del motivo del desarrollo de sus objetivos, tener el fin de semana libre salvo unas guardias que rotaban cada mes entre sus miembros.  Lejos de ambicionar mejoras similares para el resto de los departamentos, como debería ser el fin que habrían de perseguir quienes se supone defienden a los trabajadores, los miembros del sindicato consiguieron que el departamento en cuestión volviesen a trabajar los fines de semana, y lo vendieron como una victoria porque ya no habría ningún privilegiado en la empresa. Cabe constar que todos los departamentos cobraban lo mismo, que los trabajadores de ese departamento también colaboraban con otros por su menor carga de trabajo antes de tan sublime victoria, y sobre todo, que los representantes sindicales tenían y siguieron teniendo muchas horas y días libres por reuniones y otras presuntas actividades que, jamás en 8 años que permanecí en esa empresa, tuvieron ninguna repercusión en la mejora de la situación de los trabajadores.

No nos molesta que alguien viva bien,  tenga dinero, un coche, un trabajo mejor o se pueda permitir una segunda vivienda, sino que nos molesta no poder ser nosotros los que lo tengamos y por tanto si el “beneficiado” lo pierde o tiene cualquier desgracia internamente solemos alegramos de ello. Eso si, olvidamos que en muchos casos el hoy supuestamente odiado por su fortuna, estuvo muchos años en situación de penuria y matándose a trabajar para conseguir alcanzar un puesto mejor o tener unos ahorros para permitirse algún lujo, bien para disfrute propio o de sus familiares y seres queridos. Lo que es peor, en ocasiones no lo olvidamos pero lo ignoramos conscientemente con el deseo de perjudicar a quien desde nuestro punto de vista ha sido injustamente beneficiado por el destino.

Somos grandes acusadores de las injusticias sociales que nos disgustan o no nos convienen, pudiendo echarnos las manos a la cabeza porque a alguien le echen de su casa por una falta de pago de una deuda hipotecaria más o menos justa.  Sin embargo aplaudimos al que, aprovechándose de una ausencia temporal de la vivienda del propietario habitual, la ocupa y priva de su derecho de propiedad al dueño. Tampoco pensamos si el dueño puede necesitar o no la venta del inmueble por no poder mantenerlo o por no disponer de otros medios de obtener con que vivir por estar sumida en la crisis y no puede hacerlo por estar ocupada. Total, es un “asqueroso” propietario y el okupa es un joven que no merece estar sin vivienda.  Claro, olvidamos que el asqueroso propietario lleva pagando impuestos, mantenimientos de edificio y otras tantas cargas que implica su propiedad, por no contar si fue heredado el pago de impuestos correspondiente, que en muchos casos fue exagerado y todo ello como todos los impuestos por un pretendido bien social. Y también olvidamos que muchos okupas lo son por necesidad pero otros tantos por propia voluntad de vivir su vida lejos de su familia, pero a costa de los demás. Bajo la excusa de que no hay trabajo muchas veces se esconden otras verdades del tipo de no he querido estudiar, no me gusta trabajar por tan poco dinero, o soy joven y me merezco todo por serlo aunque no haya echo nada por nadie en mi vida, por no decir que la sociedad es injusta para todos, siendo asi por qué no beneficiarme, a fin de cuentas ¿qué ha hecho la sociedad por mi?.

Hago simplemente la reflexión, ¿si algún día sus padres o sus descendientes en el futuro fuesen las víctimas de esta situación, lo verían tan justo y respetable?.

Tendemos a valorar la justicia según nos interesa. Aun recuerdo un amigo muy trabajador,  comunista de toda la vida y que cansaba de tanto hablar de la igualdad y de que los ricos tenían que pagar mucho más porque era un tema de bien común y la sociedad tenía que defender al débil. Con el tiempo y fruto de su trabajo logró montar un negocio propio, y no llevaba más que unos meses y mantenía las mismas ideas, pero ya no estaba tan de acuerdo con lo que a el le cobraban y siguió así a medida que por fortuna pudo abrir otro negocio. Su pensamientos parecían ser “que paguen todos pero yo no tanto”, o “el rico es aquel que tiene mucho más que yo, tenga yo lo que tenga”. Es una triste imagen de lo que la gente entiende por bien común. He puesto este ejemplo pero me he hartado de ver ejemplos de políticos de izquierda que predicando por una cosa han practicado otra, pero claro, lo suyo siempre era diferente.  No puedo por menos que criticar del mismo modo a los de derecha que pretendiendo defender grandes principios como la vida, no tienen suficientes redaños para sacar una ley del aborto que prometieron a sus votantes, o que en periodo electoral y previamente enarbolaba la bandera de la lucha antiterrorista, cuando han podido gobernar se han agazapado en sus madrigueras bajo grandes ideas como la de que la justicia europea lo ordena y buscando la paz social para soltar terroristas y lo que es peor, negándolo por cobardía.  Ni mucho menos puedo olvidar a tantos políticos corruptos de izquierda y derecha (Bárcenas, Matas, Eres, Ayudas para la formación de desempleados europeas, Pujoles, …) y todos aquellos otros que andan escondidos tras sus palcos, prebendas y tribunales especiales  y cabezas de turco pero que están tan pringados como los nombrados. No voy a olvidar a los capitostes de  Podemos, que pueden, pero en base a no respetar esa hacienda que somos todos, o abusar de fondos públicos como el sueldo universitario, por no hablar de los dineros recibidos de países extranjeros de dudosa calidad democrática, e inversiones en medios de comunicación de los que son propietarios para justificar que no reciben el dinero. Muchos dirán que esto es mentira (creo que con esto paso a ser propietario del mote “facha” para muchos de sus seguidores, pero aun estoy esperando las pruebas documentales que nos justifiquen a los españoles que esto no es así y si, por el contrario, la única defensa que oigo es que es una campaña organizada por los medios y otros partidos… sinceramente, eso también se lo escuché por ejemplo al Sr. Bárcenas hoy imputado y hasta hace unos días en prisión, y creo que no fue óbice para ser atacado por todos estos que ahora dicen ser victimas y procesado.

No pido más que las reglas del juego sean igual para todos y que lo que es malo para uno lo sea también para los demás, sin importar la bandera política que representen. De niño me hablaron de una ley de vagos y maleantes establecida en tiempos de la república sino me confundo, y no entendía el por qué, ya que todo el mundo, al menos hasta donde yo conocía y veía por televisión o tenía alguna referencia, eran gente que deseaba trabajar y que no tenía más ambición en la mayoría de los casos que mantener a su familia con las máximas comodidades posibles. Por desgracia hoy veo mucha gente que no quiere trabajar (aunque mantengan lo contrario evitan cualquier oportunidad con cualquier excusa)  y que ha visto en poder vivir del trabajo de los demás una mina, ya sea vía ayudas sociales o vía quedarse con lo de los demás a la menor oportunidad, como es el caso expuesto. Por cierto, en España se produce un poltergeist fiscal digno de mención, ya que el dinero lo roban, pero luego cuando les correspondería devolverlo desaparece inexplicablemente y nadie puede devolverlo, ni por su puesto lo intentan. Para confirmar este fenómeno paranormal, el dinero posteriormente es disfrutado por aquellos que presuntamente lo robaron sin estar en su poder, según nos informan ellos mismos y lo ratifica el hecho de que no se lo reclaman las instancias judiciales ni fiscales.  Creo que si se pusiera a investigar el tema Cuarto milenio tendría un duro trabajo por delante.

Personalmente creo que cuesta mucho crear un país que avance y tenga una sociedad desarrollada. Creo que esa unión de gente en busca de un mismo objetivo es vital y pienso que generalmente conlleva múltiples coincidencias de caracteres, casi tantas como peculiaridades y diferencias en los grupos que lo componen. Pienso que esa unidad es riqueza para todos los que la componen y que necesita que se de valor a los puntos en común en vez de buscar constantemente las diferencias ya que quien lo hace generalmente busca su propio bien y rara vez el de su comunidad.

Creo en la bandera y en la patria que para mi es España, si bien no la entiendo como algo cerrado al exterior, sino como un modo de reflejar esas cosas que nos unen y de identificar a estas personas que han luchado unidas por el bien de un país. La bandera puede ser la que se decida, si bien desconfío de aquellos que quieren cambiar una bandera por motivos revanchistas o secesionistas. La bandera representa también la historia de un país y un cambio de esta que no tenga en cuenta más que una parte de su historia o de dicho país, no cumpliría a mi gusto su función, máxime cuando lo que se perseguiría en ese caso es en cierto modo quedar por encima del que piensa distinto a uno y no busca igualarnos con el vecino como debería ser su finalidad.

Pero con todo lo dicho, considero que la mayor bandera de una persona es la educación y el respeto por los demás. Mucho antes de que existiera la idea de democracia que hoy tenemos, ya que aun no había fallecido Francisco Franco, cuando yo era un crío, me explicaron claramente que la libertad de uno acaba donde empieza la del otro, y eso me ha llevado a respetar a lo largo de mi vida a personas de múltiples caracteres, ideologías o creencias. Hoy en día, que nos llenamos la boca de ser demócratas y peor aun, los nuevos partidos que abogan por que no tenemos  democracia y pretenden ser ellos los adalides de la misma, parece que el respeto es solo para aquel que piensa como tu, y el diferente puede ser vilipendiado, atacado, insultado o señalado con el dedo para futuras actuaciones (que prefiero ignorar cuales serán ya que tras mucho pensar, no se me ocurre ninguna buena). Eso si, predomina la cobardía ya que es fácil atacar a aquel que sabes que no se va a defender o que no te atacará con igual violencia. Es raro ver aquel que se ría, ataque o ridiculice a la religión musulmana por poner un ejemplo, pero el ataque a los católicos o sus representantes está a la orden del día y se considera muy “in”. Otra gran lección que recibí en mi infancia es que quienes tiene necesidad de atacar o insultar a la gente para ser alguien o para sentirse realizados o incluidos en un grupo, realmente valen muy poco en si mismo como personas, o como grupos. De hecho, ocasiona mi falta de fe y repulsa de todos aquellos revanchistas o revolucionarios, que ignoran los derechos de aquellos distintos a ellos o sus creencias, y alardean de grandes principios o soluciones para la humanidad o para un país.  Aquel que no sabe respetar al prójimo, por ser contrario a sus ideas o intereses, no me genera confianza, ya que tal vez mañana sea yo el que no piense como el y sea tratado de igual modo.

Podría seguir horas citando temas que me hacen desconfiar de la humanidad, pero simplemente para cerrar recalco la importancia del conocimiento de la historia y el respeto de la misma, como fuente que consiga instaurar una paz y el progreso que sean duraderos en tanto que lo haga nuestra existencia.  El que conociera la historia y no solo reseñas de parte de la misma, podría llegar a distintas conclusiones, si bien algunas pueden ser mas o menos valoradas según sea la parte que las valore. Pero a nivel general y si nos centramos en aquello que hoy aun nos genera odios y envidias, la segunda república y la posterior guerra civil española los habrá que se centren en que ganaran unos u otros y la justicia de dicha victoria. Otros pondrán la importancia en la justificación real  o no de que se produjese dicha guerra. Y así otros tantos temas importantes pero que pueden llevar a controversia.

Sin embargo a mi punto de vista, lo realmente trascendente que podemos obtener de dicha historia fueron ideas como que la falta de respeto de unos por otros  y el odio que esto generó,  creó el virus que desató la guerra entre familias hermanas, que como todas las guerras mucha gente murió y muchas familias fueron destruidas, y no existe ideología ni creencia que lo justifique.

Otra cosa que nos muestra la historia es que nada cambia con una guerra aunque todo parezca diferente. Donde hay odio se mantiene dado que siempre existe un ganador y un perdedor, fuese el que fuese, y siempre hay victimas y familiares de estas, que llorarán y desearán de algún modo su venganza. Por ello las tensiones políticas y personales se mantendrán e irán surgiendo a flote a medida que la paz se restañe.  Dependerá de todos nosotros conseguir que esas tensiones se aplaquen y que sean olvidadas por nuestros descendientes para que la vida en común sea posible.

Del mismo modo, se saca en claro que grandes ideas como el comunismo, marxismo o el anarquismo así como la dictadura que nos sobrevino, no ayudaron a que el país progresara y mejorase la situación de la población, sino al odio y al retroceso y mientras otros países mas centrados de nuestro entorno avanzaron y se convirtieron en democracias reales.

Otra cosa que podemos observar repasando la historia mundial, es que no es mejor en si misma una monarquía o una república, sino que el control sobre la misma que pueda tener el pueblo y los políticos que finalmente guíen esos caminos, y  son los que determinarán que realmente funcione un país o no. Es fácil encontrar en ambas formas de estado tanto ejemplos a seguir como horrores causados de los que debemos huir.

Por otro lado, cabe destacar que las grandes guerras y desastres financieros vienen generalmente de grandes “salvapatrias”  que van a cambiar el mundo con sus ideas revolucionarias. Hitler, Stalin, Castro, Mussolinni, Chávez, son entre otros grandes ejemplos de desastres y muertes por doquier envueltos en un precioso paquete revolucionario o nacionalista. Otros ejemplos de grandes desastres por un nacionalismo poco realista, podrían ser los “corralitos”  que ha vivido Argentina en los últimos años y la situación actual que asola Venezuela y tantas otras. Países ricos, incluso grandes potencias mundiales, que debido a engaños populistas y grandes promesas incumplidas por lo imposible de su propia naturaleza, están pagando desde hace años sus pecados y su creencia en gente que les comentó de que no todo esta inventado y les prometió grandes cambios que correspondían (casualmente) con lo que el pueblo quería o necesitaba oír.

Por desgracia hay cosas que son casi siempre inalterables y que como suele decirse van por derecho. Si alguien recibe algo prestado debe devolverlo según lo acordado. Si alguien quiere que la gente invierta en su país, debe generar una seguridad jurídica que permita que el inversor lo haga en la seguridad de que la justicia protegerá su inversión así como sus obligaciones y no dependerá su destino del político en el poder o del juez de turno. La no inversión lleva al paro del desarrollo económico de un país y este pensamiento macroeconómico que suena muy lejano, no es más que una causa de que se pierdan muchos empleos y haya hambre en ese país por mucho tiempo. Si quieres que te respeten como persona y país debes ganarte el respeto y respetar del mismo modo a otros países así como tus compromisos con los mismos.

Hoy en día es muy habitual que muchos pretendidos dirigentes milagro así como otros que necesitan votos para seguir siendo referencia y mantener su “status”, se inventen soluciones populares que la lógica del pueblo llano acepta como normales y desean oir pero que no obran acorde a  una de las máximas más necesarias en la vida, todo lo que realmente es bueno cuesta, y cuando alguien regala u ofrece algo sin coste (o siendo este muy bajo), tenemos que pensar que nos costará más adelante. Como reza el dicho, “el que regala bien vende, si el que recibe lo entiende”.  Por desgracia el coste que muchas veces lleva consigo es la desgracia, la ruina y el subdesarrollo del país, generalmente mucho mayor que el mal que intentan o prometen arreglar.

Y para finalizar, nadie sale ganando en una guerra, salvo los políticos triunfantes y todos aquellos que la aprovechan para el propio beneficio generando negocios de la necesidad y desgracia de los demás. Siendo así, merece la pena buscar unidad en vez de fomentar y predicar la diferencia de cada uno.

lunes, 6 de octubre de 2014

Menospreciar al rival

Algo que siempre me ha llamado la atención y supongo que es base de múltiples estudios sociológicos y de expertos del comportamiento humano es la forma de ser del español ante las situaciones y como cambia nuestro comportamiento ante cualquier problema dependiendo de su dificultad. Por norma general, cuando hablas con el ciudadano de base somos de lo peor, siempre hay algún país mejor en todo, algún sistema político mejor que los nuestros, políticos mejores que los nuestros, deportistas mejores e instalaciones mejores, etc. Somos por genética derrotistas y tal vez por eso nos congratulamos tanto cuando vemos, que algún español o algo nuestro destaca favorablemente en el mundo, como si estuviésemos asistiendo a un milagro.

Del mismo modo en las pocas ocasiones que tendemos a creer que somos mejores en algo, solemos dejar de pensar en el rival y eso nos ha traído grandes desgracias deportivas y políticas (terrorismo, droga, etc.) ya que el oponente mientras dura la competición no deja de serlo por pequeño que nos parezca y si no te enfrentas concienciado al problema o a dicho rival no eres tan superior como presuntamente debieras ser y suele traer consigo la derrota.

Para nuestra vergüenza, son múltiples los ejemplos de situaciones similares, y lo peor es que se suele generar un clima común que nos atonta y nos deja indefensos por exceso de confianza ante alertas o temas de relevancia.

En este orden de cosas caemos en la trampa de creer que estamos seguros ante muchas enfermedades,  por el clima de optimismo o falsas euforias que se crea con ellas. Ocurrió con el Sida, con la Gripe A y supongo que aquellos que los implicados en sanidad podrían citar muchos casos más. En ocasiones ha habido suerte y no ha llegado la sangre al río, pero lo malo del cántaro que va tanto a la fuente es como dicta el refranero que al final suele romperse.

Hace unos meses comenzó a hablarse del virus del  ébola, y ante la alerta de muchos que  entiendo que como yo, pensamos que era una enfermedad sin cura conocida y que potencialmente necesitaba que hubiese una mayor preparación por su posible contagio entre los “privilegiados” europeos, saltaron raudos los expertos de barra de bar o de tertulia explicando que no existía la amenaza y que era poco menos que imposible que nos llegase debido a los controles que mantenemos y que más aun, nuestros protocolos de seguridad y medios sanitarios ante tal peligro, eran totalmente viables y seguros, por lo que no había nada que temer.

Una vez más se tendió a menospreciar al rival, y no se han tomado medidas reales en fronteras, puertos, aeropuertos ni se ha hecho un esfuerzo por informar a la población para que pueda servir para evitar la propagación de la enfermedad. Ante la falta de información, esa “superioridad” cultural sobre otros pueblos afectados, que estos  expertos esgrimían que nos defendería si tuviésemos que afrontar este tipo de situaciones, es difícil que suponga realmente un factor determinante, como posiblemente hubiese sido de existir una información fluida y real sobre el tema y una alerta suficiente para que todos nos lo tomásemos en serio.

Hoy día que escribo este post, se da el primer caso de contagio de este virus fuera de África, y para nuestra desgracia ha sido en España. El grado de información es mínimo y el temor y la alerta que ha causado es máximo, tanto entre pacientes del hospital donde se ha ingresado a esta víctima del virus, como enfermos, personal del centro y porque no decirlo, para todos aquellos que vivimos mas o menos próximos y tenemos la duda de que una cepa del virus este por ahí pululando a la búsqueda de nuevos cuerpos y que pueda generar un desarrollo en racimo de la misma.

El resto del mundo desarrollado, nombre por el que nos gusta hacernos denominar, y que tanta vergüenza nos ha traído por su falsedad en múltiples ocasiones, tiene su cota de culpabilidad, ya que ha estado mirándose al ombligo en vez de financiar estudios que pudiesen posibilitar la creación de vacunas suficientes y válidas para evitar esta enfermedad, habiendo preferido ignorar este hecho, entiendo que por causas económicas ya que el tercer mundo no da dinero y los laboratorios buscan su negocio como creo normal, sin embargo, creo que hubiese sido obligación de los países desarrollados haber dotado económicamente a esas empresas y a aquellos científicos que realizan estudios sobre esta enfermedad para que fuese interesante para su negocio y ahora no tuviésemos que lamentar esta situación.

Ahora saltarán (ya ha sobrevolado alguno la comarca) los buitres pidiendo dimisiones, reprochando que se repatriasen a los misioneros en un acto egoísta, buscando propios intereses políticos o morales  y generando por desgracia intranquilidad y mal ambiente, en vez de trabajar todos a una por que esto se pueda solventar.

Siendo sinceros en un problema como este, y en un mundo globalizado como el nuestro, era solo cuestión de tiempo que apareciese algún caso. Entiendo que querer volcar sobre otras víctimas anteriores o sobre aquellos que quisieron ayudarles la culpabilidad de esta situación obedece a ventajismos políticos y morales y no a la realidad existente.

Creo oportuno esperar para sacar la pistola y ajustar cuentas a que se haya finalizado con este peligro y se pueda valorar con perspectiva y justicia, sin buscar beneficios políticos. Y sobre todo como ya dije luchar todos a una, para acabar con esta nueva peste de nuestros días. 

martes, 20 de mayo de 2014

Ideas de democracia

Creo que fue Napoleón Bonaparte quien citó una frase que en su momento siendo yo niño, me fue complicado entender en toda su esencia. “Aquel que no conoce la historia está condenado a repetirla”. Comenzaba a conocer la historia y no acababa de comprender como era posible que pudiésemos volver a vivir algo parecido a lo que estaba estudiando. Era como pensar en vivir sin electricidad o sin coche, simplemente ilógico. Hoy por hoy estoy viendo reacciones de la gente que me hacen pensar que hechos tan horribles como la Guerra Civil o los estallidos civiles que la precedieron, algo que siempre pensé que ya había pasado para siempre, está cada día más cerca. Pensé que no sería así por el nivel cultural e intelectual superior de las nuevas generaciones, sin embargo, hemos inculcado a la juventud permisividad ante cualquier acción, ya sea odio, asesinato, injurias y no solo eso, sino que hemos estado echando leña al fuego con educaciones miserables en muchos casos, en que se han propagado ideas nacionalistas y de otras tendencias políticas, en que hemos puesto en duda por propios intereses hasta los puntos de la historia más conocidos y hemos permitido que de algún modo nuestros chavales hayan sido manipulados intelectualmente en las edades peores y en que más puede fijarse cualquier odio o perversión de las ideas.


Cuando me vendieron la democracia, y lo digo así porque era joven y lo único que conocía era la dictadura y muy vagamente, me ofrecieron máximas maravillosas, como que la democracia era el poder de las mayorías respetando a las minorías, o incluso mucho mejor aquella en la que alguien afirmaba que aunque estuviese totalmente en contra con las ideas de alguien, moriría por defender su derecho a que esa persona las pudiese defender. Me hicieron ver que la democracia era mejor porque nos iba a igualar en derechos y obligaciones, e incluso cuando fueron añadiéndose partidos de izquierdas antes prohibidos, llegando a estar representados partidos nacionalistas cuyo motivo final era en si la traición a España, llegue a creerme todo esto También me contaron que la ley estaba hecha para evitar perversiones de la democracia y garantizar la libertad e igualdad de todos los ciudadanos. .


Con el tiempo veo que todo esto pudo ser verdad, pero para ello era necesario el apoyo de todos los ciudadanos tirando hacia delante en busca de un futuro común. Por el contrario la libertad ha derivado en muchos casos en un libertinaje, la ley en algo valorable según a quien haya de ser aplicada o el momento en que haya que hacerlo. El respeto por los bienes comunes ha pasado a ser un yo me quedo lo que pueda y el que viene detrás de mi hace lo mismo porque como suele decirse “tonto el último”. .


Se me comentó que la democracia tenía como base la Constitución y que en ella venían especificadas las pautas de conducta los objetivos y los derechos y deberes de cada uno de nosotros. Ahora parece que nadie quería una Constitución que fue refrendada en su momento por la mayoría de los españoles. Los derechos se intentan incrementar exponencialmente, muy por encima de las posibilidades económicas para sustentarlos, y las obligaciones se olvidan, se matizan o se interpretan a gusto del consumidor. .


Los partidos políticos que por entonces representaban a todos los españoles, firmaron un punto de arranque en que los españoles olvidábamos nuestros enfrentamientos, perdonándonos los daños causados por ambos bandos y partiendo de cero, demostrábamos la mejor intención de que todos pudiéramos convivir en paz y armonía consiguiendo que nuestro país avanzara y se convirtiera en un “país moderno”. Hoy todos tiran por su lado, los de izquierdas buscan ganar lo que entienden que les fue arrebatado, aunque ahora no les pertenezca legítimamente en base a la actual ley o fundamentos democráticos, y los de derechas afirman ser de centro y se comportan como centro izquierda en ocasiones porque tienen un complejo que no les permite tomar decisiones que libremente tomarían o aplicando cambios a aquellos actos que por programa político les correspondería, con el único fin de evitar que les digan que son de derecha y fascistas. Esto a su vez se basa en la llamada superioridad moral de la izquierda, que no tiene por que existir como tal, pero que la derecha admite por miedo a ser señalados. En esencia son revanchistas unos y cobardes otros, pero ninguno cuida realmente por España, sino que han convertido el famoso “y tu más” en su particular programa político y modo de incrementar seguidores y todo vale con tal de conseguir ese fin. Entre tanto el pueblo queda huérfano de unos políticos que le cuiden y mejoren su día a día o su calidad e vida, sintiéndose por ello en muchos casos olvidados y en todos maltratados por los impuestos y legislaciones que van siendo aprobadas. .


Por otro lado, los partidos nacionalistas, aprovecharon la buena voluntad inicial de considerarlos uno más, para acaparar voluntades y competencias, para adoctrinar a las sucesivas generaciones con ideas inventadas e historias retocadas, destilando mensajes de odio por lo español y lo que es peor, aprovechándose de esa cortina de humo para tapar sus desfalcos y felonías (empleando para ello cuantos medios públicos y monetarios fuesen necesarios), y sobre todo su nefasta política económica que prácticamente se basa como a nivel nacional, en que unos pocos se lucren hasta la riqueza mientras el pueblo se va quedando en nada, sin servicios ni presupuestos para temas importantes y explotados por los impuestos que se van incrementando más y más con la única idea de poder mantener su corriente de gasto y despilfarro..


En este ámbito los ciudadanos vamos tomando posiciones, sin darnos cuenta, a un lado u otro del ring y los ánimos se van exacerbando cada vez más, llevando a insultos, acciones violentas, descalificaciones salvajes del que piensa distinto, y lo que es peor, cualquier día puede llevar a que alguien pueda morir o incluso a un enfrentamiento sangriento globalizado, únicamente por una ideología artificial y porque unos pocos pastores nos llevan hacia el odio como a un rebaño mientras ellos mantienen sus riquezas, posiciones de poder y sobre todo no hacen casi nunca una vida ejemplar acorde a lo que predican. .


Sería inteligente por parte de todos darnos cuenta de que, por encima de todos los políticos y situaciones, se encuentran nuestras vidas y las de los nuestros allegados, y si bien es justo por ejemplo luchar por que gente desahuciada no caiga en la miseria, o por la igualdad entre mujeres y hombres, o por otras mil causas cuales fueran, creo que sería positivo que nos auto-censuremos en la medida que nuestros actos pueden llevar a incrementar una tensión social que se va acumulando, hasta que llegue un momento en que el hipotético jarrón que la contiene explote y entonces ya no habrá remedio..


Hasta entonces y para ello, sería conveniente recordar que las reglas del juego hay que cumplirlas, y el partido debe ser más o menos duro pero en todo caso los jugadores debemos cumplir el reglamento y , mientras no nos pongamos de acuerdo en lo contrario, la Constitución y aquellas leyes que en base a ella se han ido desarrollando son las líneas a seguir con el fin de convivir adecuadamente. .


De lo contrario tal vez debamos pensar que si intentamos hacer una democracia a la carta en la que solo sean importantes nuestros planteamientos y los demás puedan ser vilipendiados o perseguidos, nos estaremos acercando muy peligrosamente a algo totalmente distinto, que recuerda a una dictadura. Y por último, no esta de más recordar que una actitud fascista puede ser uno tanto de izquierdas como de derecha, y suele ser habitual que quien quiere ocultar algo acuse de ello al oponente, y muchas vez quien grita a otro fascista con ello oculta su fascismo tras de ese insulto. A veces mirarnos al espejo prestando atención a lo que vemos, y no viendo lo que queremos ver, ayudaría mucho a que entendiésemos algo mejor a los demás.

martes, 26 de junio de 2012

Todos somos cobardes

No quiero entrar a valorar como acto político los acuerdos que puedan tenerse o no con el mundo abertzale ni quiero dar como bueno ningún tipo de política concreta a este respecto. Tengo mi opinión pero no es mi intención explicarla en estas líneas. Tan solo deseo expresar una situación social y más concretamente personal de aquellos que algún día sufrieron el terrorismo en su persona, familia o entorno y desde mi humilde posición tal vez ignorante, ya que gracias a Dios no he sufrido directamente esta tragedia. Se que se puede también contemplar al terrorista como persona, como ente de una familia y como una persona con una vida rota y mayor o menor interés en arrepentirse de sus actos. Pero no entro en ello, ni a favor ni en contra, supongo que todo tiene dos caras y no niego la posibilidad, pero no es el objetivo de este escrito. Tampoco quiero valorar los fines políticos que pudieron llevar a ello. Únicamente deseo dejar constancia de lo que considero la indefensión de gente inocente y que además de victimas pasan a ser atacados por algunos porque no se doblegan a unos fines que repito, pueden ser más o menos razonables y unos medios que considero cuanto menos bastante discutibles. Pienso que todos nosotros podemos estar en algún momento en esa situación y no me gustaría ser tratado de ese modo. Lo socialmente correcto parece ser pensar que eso a nosotros no nos puede pasar, como con los accidentes de carretera, porque es cómodo evitar esos pensamientos, y desde esa posición nos es fácil interpretar cualquier solución por mucho que perjudique a los que ya fueron afectados por algo que no tenía por qué haber ocurrido.

Hace no tantos años, cuando ETA decidió acabar con la vida de Miguel Ángel Blanco, la sociedad española reaccionó con las manos blancas en alto y con gritos de “Yo soy Miguel Ángel o “Aquí está mi nuca”. Pasado el tiempo, pienso que prácticamente todos podríamos gritar “Yo soy cobarde”. Puede sonar políticamente incorrecto por lo antes comentado, pero creo que es así y por ello lo desarrollaré en estas líneas.

Es práctica normal y socialmente aceptada en estos días que el terrorismo es algo con lo que hay que acabar y que por ser “molesto para la sociedad”, es razonable realizar algunas políticas blandas, de “relajación de las leyes”, manchándonos la toga con el polvo del camino, y en las que se dan pasos a favor de los terroristas y sus seguidores, con el fin de que todos nos llevemos bien, y ETA abandone por su propia voluntad el camino de la violencia. En el fondo creo que se puede hablar de que nuestra sociedad se ha acomodado y los sacrificios no van con nosotros. Por acción u omisión se está dejando de lado a aquellos que sufrieron el terrorismo en sus carnes, asumimos que ahora deben sacrificarse en beneficio de la comunidad y perdonar a sus verdugos, y criticamos duramente cualquier manifestación de alguno de ellos solicitando que la justicia y el Estado no les olvide doblegándose ante los terroristas, cuando creo que es al menos el ultimo derecho que debemos respetar ya que están siendo castigados en algún modo al no aplicarse la justicia que les correspondía y se les impartió en su momento. Se han convertido en "Pepitos Grillo" molestos y que nos recuerdan que tal vez no está bien aquello que hacemos.

Sin embargo, siempre he pensado que la justicia lo es porque satisface unos principios morales de la sociedad, defendiendo nuestros derechos e implantando unas normas que deben cumplirse en beneficio de todos nosotros, y que el modo de garantizarlo es con la adopción de sanciones o penas para aquellos que las incumplen.

Creo que ningún lector de estas líneas estaría en desacuerdo conmigo si planteo el siguiente caso. Ante un robo en nuestro domicilio presentaríamos una denuncia con el fin de que se capture al culpable y se le aplique la pena correspondiente. O también, y dentro de nuestra libertad, en algún caso, seríamos libres de no presentar ninguna denuncia, aun habiendo sido víctimas, por no considerarlo necesario u oportuno o porque preferimos perdonar al ladrón. Hasta este punto, todo el mundo creo que convendría conmigo que es algo válido y posiblemente que se trata del modo normal de solución de estos temas.

Por el contrario si roban en nuestra casa y una o varias personas ajenas a nosotros decidieran que no podemos poner la denuncia, y no porque nosotros lo viéramos justo o necesario, sino porque a ellos les viene bien por el motivo que fuere, lo más normal es que esto no lo aceptáramos bajo ningún concepto y defendiéramos nuestros derecho.

Esto mismo pasa con las víctimas del terrorismo. Tras sufrir la acción del terrorismo en la vida de los seres queridos o en su propia salud, se les obliga a perdonar y a comprender al terrorista, y no solo eso, sino que se les reprocha que puedan reclamar la justicia que le corresponde como derecho y que en su momento fue dictada en un tribunal tras un juicio justo y acorde a la ley.

Argumentos como que ETA está prácticamente derrotada, que hay disputas internas y otros similares, no son más que un caramelo que nos ofrece la clase política que vive cómoda sin muertos en su mandato y sin tener que pasar miedo en carne propia o de sus seres queridos, y por desgracia olvida a todos aquellos incluso a compañeros y amigos de partido , que en su día, tenían una vida normal y alguien decidió que eran prescindibles. Creo que se olvida que en inicio la justicia se creó para evitar venganzas personales y linchamientos y sobre todo fomentar que la sociedad pudiera vivir como tal con un orden que permitiese su desarrollo. Ahora y una vez que se pide al ciudadano que se comporte acorde a un orden social dado, que evite su humano impulso de venganza y que lo haga porque se aplicará justicia, se le pide que olvide además la misma y no conformes con ello, que debe perdonar al que hundió su vida porque es bueno para todos los demás. Creo que todos los que permitimos esto somos cobardes y sinceramente creo que merece que reflexionemos y pensemos que sentiríamos si fuésemos ellos y si fuese nuestro hijo, nuestra mujer o nuestro cuerpo quien sufriese un atentado.

viernes, 25 de mayo de 2012

El post-partido

Ya pasó el trago. Mi equipo perdió de nuevo una final. Esto en circunstancias normales es “un palo” para cualquier seguidor y yo me excluyo, pero por desgracia me lo temía ya que el rival era muy complicado y la fidelidad manifiesta a la forma de juego que tan orgullosos nos tiene es por desgracia en ocasiones un suicidio. Se demostró en la final de Bucarest y hoy nuevamente quedo palmariamente demostrado. A pesar de esto GORA ATHLETIC ¡¡¡ y aunque me duela, enhorabuena Barsa.

Una vez dicho esto quiero felicitar a toda la familia del Athletic, desde la plantilla hasta los utilleros por la gran temporada realizada y sobre todo por la ilusión que nos ha devuelto el equipo a todos los aficionados.

Una simple crítica. Bielsa. Un buen entrenador, ha conseguido que el Athletic juegue como los ángeles en determinados partidos y por ello hay que felicitar sin duda al mister, pero creo que tiene muchas lagunas. Bajo mi punto de vista, por un lado necesitaría saber adaptar su táctica en ocasiones muy especiales con equipos superiores o en finales, ya que no por ser un buen equipo se debe mentalizar menos a los jugadores (si lo hizo fracasó en ambos partidos), y conviene que se aseguren al menos los 10 primeros minutos de cada tiempo, hasta que el equipo se vaya soltando con la confianza de que todo va sobre seguro y que la situación está bajo control. Tengo la impresión de que los jugadores han salido al campo inocentes y aturullados y les ha faltado ese poso que da la experiencia. Pero creo que una táctica de contención, en los primeros momentos, ayuda mucho si se tiene prevista antes de salir al campo y ayuda a ir capeando el chaparrón y viendo las fuerzas reales del rival. Y repito lo dicho, creo que no estaba planteado así, pero si me confundo, creo que no fue bien planteado en todo caso.

Otro dato, partimos de una plantilla corta, pero no es menos real que muchos jugadores creo que han llegado algo cansados a los momentos decisivos por no hablar de los que han llegado lesionados. Jugadores como Llorente, De Marcos, Iraola o Javi González, por ejemplo han rendido algo por debajo de lo habitual y aparentan poca frescura en su forma de juego. Entiendo que la rotación de la plantilla ha sido corta y no tiene mucha explicación si tenemos en cuenta los resultados obtenidos en Liga. Comprendo que se puede apostar por mantener el grupo para conjuntar el grupo y fijar los sistemas de tal modo que se adapten los jugadores, pero es una apuesta y vistos los resultados, ha salido mal. Tal vez no del todo, ya que se ha conseguido llegar a dos finales, y el pase a la Euroliga, pero no tuvo el éxito esperado. Tal vez por ello hoy hablaba de no haber conseguido lo que el buscaba.

Con esto no quiero más que dejar constancia de lo que he pensado al ver perder a mi equipo en las dos últimas finales. Pese a ello y aun siendo mejorable, alabo el trabajo de Marcelo Bielsa y le doy la enhorabuena más sincera al cuadro técnico por ello. Puede que no sigan en el futuro ligados al Athletic, y no se si será bueno o malo por lo antes expresado. Ignoro si alguien podrá seguir su trabajo y si se alcanzarán las cotas de este año nuevamente o pasaran años hasta la próxima, pero como reza el dicho, “que nos quiten lo bailao”. Gora Athletic ¡¡¡¡¡